Los laboristas ganarían las elecciones en Reino Unido ante la impopularidad de Johnson

Dos años y medio le han bastando al Primer Ministro británico Boris Johnson, desde que llegó a Downing Street, para laminar la victoria electoral que consiguió en 2019 y llevar a los conservadores a uno de sus peores resultados en las encuestas en años. Las polémicas acumuladas durante los últimos meses han acabado por empañar gravemente la reputación del Primer Ministro al que anteriormente se le achacaba ser impermeable a estas. La errática gestión de la pandemia, las primeras consecuencias económicas negativas del Brexit, el caso de los sueldos privados de los diputados conservadores y más recientemente y de forma más acusada la salida a la luz de numerosas fiestas realizadas en Downing Street en pleno confinamiento ha terminado por situar demoscópicamente a los conservadores en una situación crítica, tanto que ya se cuestiona abiertamente la continuidad de Johnson como Primer Ministro. Es tal el colapso de la confianza ciudadana sobre el premier británico que para un 70% de los votantes la opinión sobre Johnson ha empeorado durante las últimas semanas según Focaldata.

Si hoy se celebrasen elecciones en el Reino Unido los tories obtendrían un 31,1% de los votos, 12,5 puntos menos que en las pasadas elecciones del 12 de diciembre de 2019. Los laboristas serían los principales beneficiados, pasando a ser la primera fuerza política y siendo su líder, Keir Starmer, el probable nuevo inquilino de 10 Downing Street. Con el 41,4% de los votos que le otorgan las encuestas los laboristas obtendrían una amplia mayoría en la Cámara de los Comunes, gracias al sistema electoral británico, y superarían por 9,3 puntos los resultados obtenidos por Jeremy Corbyn en 2019. El resto de formaciones política también se beneficiarían de la caída de los conservadores: los nacionalistas escoceses obtendrían un 4,3% (+0,4), los euroescépticos de Reform UK un 3,5% (+1,5) y los verdes un 5,4% (+2,8). Sólo los liberaldemócratas verían empeorar su resultado al obtener un 10,4% de los votos, 1,2 puntos menos que en 2019.

En la última encuesta publicada por Redfield & Wilton Strategies, elaborada el pasado 17 de enero, eran ya un 56% los británicos que desaprobaban la gestión de Johnson frente a sólo un 25% de aprobación. La aprobación del líder laborista, Keir Starmer, era en cambio del 30% frente una desaprobación también del 30%. Según el mismo sondeo si tuvieran que elegir entre los dos los británicos preferirían a Starmer como Primer Ministro (42%) frente a Johnson (29%). El líder político que está emergiendo como alternativa más popular entre los tories es el actual Canciller de la Hacienda, Rishi Sunak, cuya aprobación entre los votantes británicos sería del 43% frente a sólo un 25% de desaprobación. Pero por ahora ningún conservador prominente se atreve públicamente a pedir la dimisión de Johnson, aunque según la encuesta elaborada por Find Out Now el pasado 13 de enero un 61% de los británicos lo desearía (un 39% entre los votantes conservadores).

Por delante quedan unas semanas difíciles para Johnson a la espera de que se publique más información sobre las ya famosas fiestas en Downing Street y la cada vez más acusada oposición en el partido conservador, por ahora limitada a un puñado de backbenchers. El Primer Ministro se tendrá que enfrentar a las urnas durante las próximas semanas en dos distritos electorales cuyos escaños en la Cámara de los Comunes han quedado vacantes. Dos contiendas que en una situación normal serían de puro trámite ya que son un feudo conservador (Southend West) y otro laborista (Birmingham Erdington). En Southend West, además, los principales partidos de la oposición no presentarán candidato por las trágicas circunstancias en las que se celebran las elecciones, el anterior diputado conservador David Amess fue asesinado. Pero que en esta situación servirán una vez más para medir la movilización del votante conservador y, como en las últimas elecciones parciales en North Shropshire y Old Bexley and Sidcup, previsiblemente para mostrar la debilidad electoral del gobierno. Actualmente las perspectivas son tan complicadas para los conservadores que ya se ha producido una defección entre sus filas parlamentarias, el diputado tory Christian Wakeford, de la circunscripción de Bury South, ha pasado a engrosar las filas laboristas en la Cámara de los Comunes.

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Foto Portada: Facebook Boris Johnson

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