Por qué la dinastía Marcos podría volver al poder en Filipinas

Las próximas elecciones presidenciales en Filipinas, previstas para el 9 de mayo, podrían suponer la vuelta al poder en Manila de una de las dinastías políticas asiáticas más conocidas, la de los Marcos. En el poder de 1965 a 1986, Ferdinand Marcos y su esposa, Imelda, instauraron uno de los regímenes cleptocráticos de más infausto recuerdo en la región, que finalizó con una revuelta popular tras unas elecciones fraudulentas y el exilio del matrimonio. Es ahora su hijo, Bongbong Marcos, quien amenaza con llevar a la familia de nuevo al poder, pero esta vez utilizando los resortes democráticos.

Bongbong no es un principiante en la política, además de proceder de la dinastía política más importante del país, título ahora compartido con los Duterte, el hijo del dictador se ha labrado una exitosa carrera política en Filipinas durante los últimos años. Ya durante la dictadura de su padre ocupó importantes cargos públicos como el de vicegobernador de Ilocos Norte, feudo de los Marcos, en 1980 con tan sólo 23 años. En 1983 pasó a ser gobernador de la región hasta el exilio en el 86. La segunda parte de su extensa carrera política se inicia ya en democracia, siendo diputado a la Cámara de Representantes, también por Ilocos Norte, de 1992 a 1995. En 1998 vuelve a ser elegido gobernador de Ilocos Norte hasta 2007 cuando vuelve a ser diputado, cargo que ocupa hasta 2010.

Su mayor éxito político lo consiguió sin embargo ese mismo año al ser elegido senador, pudiendo ser miembro del selecto club del Senado, con tan sólo 26 miembros en Filipinas, hasta 2016. Es en 2016 cuando decide subir un escalón más en su ascenso a lo más alto del poder en Filipinas: decide presentarse a las elecciones a vicepresidente. Por una diferencia de menos de 1 punto Marcos pierde contra Leni Robredo a la que ahora, 6 años después, se volverá a enfrentar en las elecciones presidenciales. Su hermana, Imee Marcos, le ha recogido el testigo en el senado, al que pertenece desde 2019.

El primer gran obstáculo al que Bongbong no ha tenido que sortear para aspirar a la presidencia en Filipinas ha sido gracias a su padre. La Constitución de 1987 restauraba el mandato único presidencial de seis años para evitar que un nuevo Ferdinand Marcos acumulara más poder del necesario. Esto ha permitido que el actual presidente filipino, Rodrigo Duterte, no pueda aspirar a un segundo mandato, lo que sin duda ha allanado el camino a Bongbong Marcos. Una figura tan polarizante como la de Duterte hubiera sido un rival formidable en las urnas teniendo en cuenta además que las elecciones presidenciales en Filipinas son sólo a una vuelta, el candidato con más votos automáticamente gana las elecciones, lo que hubiera beneficiado al actual mandatario. Además los Marcos y los Duterte han intentado no pisarse mutuamente, en 2016 los Marcos apoyaron la candidatura presidencial de Rodrigo.

Spot electoral de Bongbong Marcos

El segundo obstáculo que, una vez desaparecido, ha aumentado la probabilidad de victoria de Marcos implica también a un Duterte. Si hay un político más popular incluso que el Presidente en este momento en Filipinas es su hija Sara Duterte. Alcaldesa de Davao tras suceder a su padre, la hija de Duterte se ha labrado un perfil nacional y no eran pocos los cantos de sirena, entre otros de su padre, que necesita garantizarse un aliado en la presidencia ante futuros problemas con la justicia por su polémica gestión en la lucha contra las drogas, que le animaban a presentarse a la presidencia. En todas las encuestas publicadas previamente a la oficialización de las candidaturas Sara Duterte salía como gran favorita, incluso por delante de Marcos, al que doblaba en intención de voto en la mayoría de sondeos. Pero la decisión última de Sara de no presentarse a la presidencia, pero sí a la vicepresidencia, ha colocado a Marcos como el favorito en los sondeos. A pesar de que las elecciones a la presidencia y la vicepresidencia van por separado en Filipinas, Sara ha aceptado ir en tándem con Marcos, sumando la popularidad de ambos en lo que supone una auténtica unión dinástica entre los Marcos y los Duterte.

El último gran obstáculo de Bongbong hacía la Presidencia se esfumó el 17 de enero. La comisión electoral de Filipinas ha desestimado un intento de bloquear la candidatura de Marcos por parte de líderes de la sociedad civil, por haber evadido impuestos mientras ocupaba un cargo público en los ochenta. Son varias las peticiones que se han realizado para bloquear su candidatura, pero están todas basadas en la evasión de impuestos, por lo que la probabilidad de que alguna prospere ha disminuido considerablemente tras esta decisión de la comisión.

Todas las encuestas de los últimos meses colocan como gran favorito a Bongbong en la carrera presidencial de Filipinas, aunque no hay que olvidar que todavía quedan más de tres meses para su celebración. Los principales rivales de Marcos son Leni Robredo, contra quien perdió las elecciones a la vicepresidencia en 2016 y azote de los Duterte, Isko Moreno, alcalde de Manila y Manny Pacquiao, senador y antiguo aliado de los Duterte que intentará aprovechar su fama internacional como boxeador para vencer en mayo. Sara Duterte es la gran favorita para la vicepresidencia aunque algunas encuestas la sitúen por detrás de Tito Sotto, expresentador de Televisión y Presidente del Senado.

Un comentario

  1. Muy interesante como entre ellos mismos pactan para preservar el poder. Hice un pequeño «check» de las encuestas y me pareció extraño el gran aumento de Marcos con la desaparición de Sara Duterte. Este artículo me lo aclaró. Corto y conciso.Saludos.

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